sábado, 9 de octubre de 2010

Vinicio Arturo y su nostalgia.


Hoy, mientras estaba yo metida de lleno en la computadora, como siempre, mi hijo mayor Vinicio Arturo, vino y se sentó a mi lado. Estaba un tanto pensativo, deprimido, nostálgico, lloroso, en fin, en depre total, le pregunté como ha de suponerse en estos casos cuando uno vé a una persona con la cara lánguida y más si se trata de un hijo de uno verdá, que era lo que le pasaba. Al principio como que no quería echá pá fuera lo que lo acongojaba, pero luego se decidió y me puso la Web Youtube, en donde nó sólo se encuentra allí videos musicales, sino también, cualquier cosa que uno deseé.
El video que me mostró fue nada más y nada menos que el de la ciudad de Santo Domingo, en donde constaba de fotografías de la ciudad, claro de las partes que se ven decentes, más nó de la realidad de allá, de algunos sectores en donde hay casas que se están cayendo a pedazos, como por ejemplo, las que están cerca del río Ozama, en donde se ven en dicho río, poblado de muchas porquerías que la gente van depositando allí, en vez de verse lindos peces de colores.
Viendo las fotos de la ciudad, me dí cuenta de otra cosa que no es la realidad latente ahora mísmo allí, como por ejemplo luz en todas partes, cuando la ciudad se ha convertido en un sólo apagón, no sé como el fotógrafo pudo captarla con luz, creo que a ese tipo hay que sacarle su comida aparte, pues ha logrado algo que ni los gobiernos han podido, llevar un poco de luz. Mientras estabamos lo dos mirando las fotos, pude observar que mi hijo comenzó a ponerse grave, se le aguaron los ojos, pues no sabía que él amaba tanto el país, y pensé de que con el tiempo que yá tiene aquí, como un año y dos meses, para ser exacta de que la extrañaba tanto.
Entónces lo abracé, lo besé en su cabesota, pues está grande yá, y le dije que lo entiendo, que yo también muchas veces la extrañaba, pero cuando iba antes de que ellos llegaran a vivir aquí, ya que están, pues no la echo de menos con esa intensidad como ántes. Me empezó él a decir todo lo que hacía ultimamente con su pai y sus hermanos antes de venirse para acá y a todo eso le pregunté que si se quiere regresar a vivir para allá otra vez y fué entónces que aventó los ojos, los puso bien grandes y me miró fijamente a los ojos y me dijo en tres palabras, en tono alto y bien firme un: " Y é fácil" y me comenzó a ennumerar el porqué no volvería, por los apagones, los mosquitos, los guagueros que están frente a la casa en donde vivíamos, los ladrones, los que son pobres, como el pueblo y los ladrones que son ricos, como los políticos o ladrones de corbata, como lo son algunos empresarios, las otras plagas que tenemos también, como las cucarachas, ratas bien enormes y ratones y aparte de todo eso, la familia; de ellos fué que más habló, de cómo han cambiado con nosotros, pues si uno no los llama para saber de ellos, ellos no nos llaman a nosotros, con la excepción claro está de mis suegros, pero nos referimos a los demás,a los tíos, primos. Es una pena en verdad de que él se sienta de esa manera, pero le dije que trate de seguir pá alante y que no le diera más mente ni se me amargue por eso, que vivia su vida sin mirar atrás, pobre.

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